4 de julio de 2014

ESCLAVO DE TU MENTE

Despiertas, analizas el lugar donde te encuentras y te das cuenta de que no existe salida alguna, te levantas, reaccionas, gritas y lanzas miles de insultos al aire, arañas las paredes en un acto de desesperación ¡momento! una puerta, la vez, corres hacia ella, la abres, entras en un infinito pasillo donde no existen ventanas ni puertas que te lleven hacia otro lugar, te desesperas, entiendes que eres como un conejillo de indias en un laberinto, corres, no sabes hacia donde vas pero aun así sigues corriendo, buscas algo ¡buscas libertad! te agotas y cierras los ojos como una señal de que te has rendido, pero de repente algo sucedes y vuelves a abrir los ojos y entonces te das cuenta de que te encuentras en otro lugar 
-mi mente tiene poder- piensas 
pero te equivocas, no eres nadie, no eres nada y el juego sigue. 
El lugar es muy pintoresco, arboles y hermosas flores, un cielo extremadamente azul y aire puro, ves un rió, te acercas y tomas un trago de agua pero no te sientes cómodo en ese lugar, es demasiado perfecto, demasiado tranquilo y seguro para ti, buscas y necesitas adrenalina, así que decides escapar, corres rió abajo y llegas a un lugar mas tenebroso, sonríes, te sientes satisfecho, ¡momento! respiras, el clima es frió, oscurece y de repente tus miedos aparecen, soledad, tristeza, desesperación, vació, miedo, angustia
-¿Es esta la adrenalina que tanto deseabas?- susurra la voz en tu cabeza
lloras, te sacudes, gritas y huyes... como siempre. Crees que huir es la mejor opción y lo haces, corres lo mas rápido que puedes, vas con tus ojos cerrados y sin mirar hacia atrás, corres como si nada mas importara y de repente tropiezas, te levantas y vuelves a aquella blanca habitación donde solo hay una puerta, una ventana, una cama dura con un colchón en muy mal estado, un retrete y un lavamanos 
-¿donde estoy?- te preguntas 
algo aparece por debajo de la puerta, una bandeja con comida, te acercas cual animal hambriento, comes todo lo que puedes, eres una rata, eres un prisionero de tu mente, terminas de comer y no entiendes como llegaste a ese lugar, abren la puerta y un señor se acerca 
-Hora de tomar su medicamento señor- y te entrega cuatro pastillas de diferentes colores con un vaso de agua, las tomas, te sientas en una silla a ver por la ventana y suspiras.
Eres esclavo de tu mente y es en ese momento al fin cuando lo entiendes.

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