1 de mayo de 2014

BIPOLARIDAD

¿Reconoces esa sensación? Esa sensación de ingravidez. Cuando sientes que tu cabeza va a mil revoluciones por encima de su capacidad, te cuesta captar tus propios pensamientos pero tu subconsciente te va dictando las palabras clave de la sinfonía de pensamientos que transcurren por tu cerebro. Es una sensación extraña ¿verdad?

Tan pronto esbozas una sonrisa, como una lagrima desborda tu mirada y recorre tu mejilla, es casi imposible controlar esa marejada de pensamientos que golpea contra la orilla de tu consciencia. Dicen que esa sensación es la que se siente cuando uno esta a punto de morir, pero ¿que sabrán ellos? También dicen que es similar a lo que se siente cuando te enamoras, solo que menos intenso. Pero no me lo creo. ¿A caso se creen capaces de ordenar el caos de mi mente y resumirlo a algo tan sencillo y a la vez tan complejo como el “amor”? Además, yo no estoy enamorada, lo que yo siento es mucho mas intenso que todo eso, es una mezcla de recuerdos y ensoñaciones, algo que me ha traído al borde de este abismo y me empuja a caer al mismo tiempo que me amarra a la vida. 
Supongo que amo demasiado mi propia integridad física ¡si! Creo que es eso lo que me hace seguir a delante, y quizás esa imaginación con la que fui, gracias a Dios, dotada ¡Imagino! Imagino mi vida e intento seguir esos retazos hasta la saciedad, aunque algunas veces hay que darse por vencido, no conozco la palabra derrota, o al menos intento no usarla ¿Que le voy a hacer? me gusta el éxito, y puede que sea ese mi problema. Hay que saber tirar la toalla en mitad de un combate, hay que saber reconocer que la vida ha ganado, que has perdido el pulso.
En lo que a mí respecta: de momento, tengo pulso, y de momento tengo sueños, así que me alejo del abismo, pongo mis pies sobre la tierra y ralentizo las revoluciones de mi mente, para regresar a un estado etéreo y real un estado de efímera felicidad.