4 de julio de 2014

"…Fermina Daza estaba en la cocina probando la sopa para la cena, cuando oyó el grito de horror de Digna Pardo y el alboroto de la servidumbre de la casa y enseguida el del vecindario. Tiró la cuchara de probar y trató de correr como pudo con el peso invencible de la edad, gritando como una loca sin saber todavía lo que pasaba bajo las frondas del mango, y el corazón le saltó en astillas cuando vio a su hombre tendido boca arriba en el lodo, ya muerto en vida, pero resistiéndose todavía al coletazo final de la muerte para que ella tuviera tiempo de llegar.
Alcanzó a reconocerla en el tumulto a través de las lágrimas del dolor irrepetible de morirse sin ella, y la miró por última vez para siempre jamás con los ojos más luminosos, más tristes y más agradecidos que ella no le vio nunca en medio siglo de vida en común, y alcanzó a decirle con el último aliento
-Sólo Dios sabe cuánto te quise-"

El amor en los tiempos del cólera -Gabriel Garcia Marquez-














"Fui, soy y siempre seré un monstruo, condenado a dañar lo que más amo, siempre, hasta el día en que muera."

¿Y QUE IMPORTA?

¿Y que importa? esa fue su respuesta cuando le pregunte el porque de sus acciones y a partir de ese momento dejaron de importarme las cosas.


Siempre nos arrepentimos de lo que hacemos, entonces ¿por que lo hacemos? ¿no tenemos tiempo suficiente para pensar en las consecuencias que puede traer nuestras acciones?

¿Y que importa? si al fin y al cabo ya lo hecho hecho esta y no hay forma de regresar al pasado, de todas manera si tuviera ese maravilloso poder de volver el tiempo no iría a aquel dia, iría mucho mas atrás para impedir que yo naciera y así evitar muchas cosas peores que han pasado ¿tiene lógica? bueno, realmente no la tiene.
Pueden decir de mi que soy una maldita que solo lastima a las personas, que soy un asco de ser y solo responderé
-¿Y que importa? siempre consigo lo que quiero y así soy feliz, no me importa mas nada, no me importa si lastimo personas, si me lastimo a mi misma, no me importa nada con tal de lograr lo que quiero.-

ESCLAVO DE TU MENTE

Despiertas, analizas el lugar donde te encuentras y te das cuenta de que no existe salida alguna, te levantas, reaccionas, gritas y lanzas miles de insultos al aire, arañas las paredes en un acto de desesperación ¡momento! una puerta, la vez, corres hacia ella, la abres, entras en un infinito pasillo donde no existen ventanas ni puertas que te lleven hacia otro lugar, te desesperas, entiendes que eres como un conejillo de indias en un laberinto, corres, no sabes hacia donde vas pero aun así sigues corriendo, buscas algo ¡buscas libertad! te agotas y cierras los ojos como una señal de que te has rendido, pero de repente algo sucedes y vuelves a abrir los ojos y entonces te das cuenta de que te encuentras en otro lugar 
-mi mente tiene poder- piensas 
pero te equivocas, no eres nadie, no eres nada y el juego sigue. 
El lugar es muy pintoresco, arboles y hermosas flores, un cielo extremadamente azul y aire puro, ves un rió, te acercas y tomas un trago de agua pero no te sientes cómodo en ese lugar, es demasiado perfecto, demasiado tranquilo y seguro para ti, buscas y necesitas adrenalina, así que decides escapar, corres rió abajo y llegas a un lugar mas tenebroso, sonríes, te sientes satisfecho, ¡momento! respiras, el clima es frió, oscurece y de repente tus miedos aparecen, soledad, tristeza, desesperación, vació, miedo, angustia
-¿Es esta la adrenalina que tanto deseabas?- susurra la voz en tu cabeza
lloras, te sacudes, gritas y huyes... como siempre. Crees que huir es la mejor opción y lo haces, corres lo mas rápido que puedes, vas con tus ojos cerrados y sin mirar hacia atrás, corres como si nada mas importara y de repente tropiezas, te levantas y vuelves a aquella blanca habitación donde solo hay una puerta, una ventana, una cama dura con un colchón en muy mal estado, un retrete y un lavamanos 
-¿donde estoy?- te preguntas 
algo aparece por debajo de la puerta, una bandeja con comida, te acercas cual animal hambriento, comes todo lo que puedes, eres una rata, eres un prisionero de tu mente, terminas de comer y no entiendes como llegaste a ese lugar, abren la puerta y un señor se acerca 
-Hora de tomar su medicamento señor- y te entrega cuatro pastillas de diferentes colores con un vaso de agua, las tomas, te sientas en una silla a ver por la ventana y suspiras.
Eres esclavo de tu mente y es en ese momento al fin cuando lo entiendes.